Gente pasa por nuestras vidas, caminos se entrelazan en la
vorágine de la vida mundana. No es descabellado pensar que nos perdemos de
grandes personas a cada segundo.
Naturalmente andamos en nuestro camino absortos en lo
nuestro, pues no es normal transcurrir pendiente de qué nos estamos perdiendo.
El cielo está ahí desde antes que nosotros y no nos detenemos a apreciarlo
siendo tan majestuoso y abarcador.
El mundo se a tornado artificial, perdió su naturalidad.
Arrastramos su pureza hasta este nivel en el que no se ve más allá de lo que
nos conviene. Paso a segundo plano.
El ser humano edificó un estilo de vida
antinatural, lo inculcó y lo asimiló como correcto.
La degeneración nos hace involucionar retrocediéndonos a un
estado de salvajismo que ya habíamos superado. Aquel salvajismo natural no
existe más, hoy somos salvajes por decisión, hoy si elegimos serlo.
me gusto mucho.
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