lunes, 5 de mayo de 2014

People are strange


Te ves al espejo y no sabes que ves. ¿Quién eres? Bajas la mirada y te extrañas al encontrar plumas en vez de manos.  Intentas preguntarte, ¿qué pasa? pero te hallas ladrando como aquel perro que dice ser tuyo pero nunca alimentas. 

El espejo vuelve a verse en ti y encuentras tu imagen carcajeándose mientras sientes que tu rostro expresa profunda tristeza. Cuando sientes un esbozo de risa en tu cara, la imagen se torna triste. Ríes más y más.

El espejo se raja, te acercas, lames la grieta. Tu lengua se corta; extasiado por el dolor te alejas nuevamente del espejo para disfrutar del río de sangre. Es tu cara la que se ha rajado, el espejo sangra y te mira deleitándose. Finalmente te asustas. Cierras los puños, alzas el brazo e intentas golpear el espejo. Tus manos son plumas. Agotas toda tu energía intentando destruir el espejo.

Abatido te dejas caer. Caes y caes pero el suelo nunca te golpea. Sientes como se resquebraja tu rostro, la piel se te pone de gallina. Empiezas a aletear con más fuerza de la que alguna vez tuviste. Te elevas hasta el límite. Apunto de alcanzar la luz, impactas el suelo. 

Te rompes en mil pedazos; escuchas cristales rotos. Siete años de mala suerte- piensas molesto. Molesto, coges una escoba y limpias el desastre que acabas de hacer. Miras el espejo en la pared, está rajado. Sientes la piel de gallina, das la vuelta y sales a alimentar a tu perro quien te espera con una sonrisa en la cara.