Cuando imagino que no
pienso más en ti, ya no recuerdo tus manías ni tus gestos.
Ayer olvidé que tu sonrisa por la mañanas me demostraba toda tu vulnerabilidad y con ella, la mía también. Ayer olvidé que tu sonrisa de las noches me enfrentaba con el ímpetu de tu lujuria, el descontrol de tu libido y la soltura de tu cuerpo.
Mi
memoria extravió pronto la suavidad de tus senos y con ello la locura no llegó.
Su efímera significancia no fue más que un potente antojo desdibujado por la
mediana presencia de algún deseo.
Ayer olvidé que tu sonrisa por la mañanas me demostraba toda tu vulnerabilidad y con ella, la mía también. Ayer olvidé que tu sonrisa de las noches me enfrentaba con el ímpetu de tu lujuria, el descontrol de tu libido y la soltura de tu cuerpo.
Intento,
pero ya no puedo encontrar en mi mente la sensación de tu piel. El recuerdo de tu imagen mordiéndote los labios al sentir mis manos deslizándose lentamente por el medio de tu espalda es ahora tan vacío
como el agua estancada de un mar sin olas.
Ya no sé cómo era aterrizar en tus cejas, caminar por tu nariz y meterme en tu boca. Quisiera extrañar la humedad de tus labios. Rozarlos una vez más hasta regalarte una sonrisa
Ya no sé cómo era aterrizar en tus cejas, caminar por tu nariz y meterme en tu boca. Quisiera extrañar la humedad de tus labios. Rozarlos una vez más hasta regalarte una sonrisa
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Los
momentos que te pensé sucumbieron sin repercusión pues bastó un momento a solas
en la oscuridad para ver claramente que no era nuestro tiempo. Miento si te
digo que desprenderme me costó, soy falso si me escapo de madrugada y te digo
que me gusta pasar tiempo contigo. Te engaño bien si crees que conoces mis
intenciones.
El
juego de siempre ya no me divierte, seducirte me aburrió al minuto que te vi
evitando mirarme a los ojos mientras relamías tus labios como siempre haces
cuando quieres besarme pero te aguantas.
Ahondando
en mi cabeza recuerdo insulsamente los antojos por tu cuerpo. Nuestros momentos
de silencio estuvieron, para mí, cargados de deseo. Sé que en ellos tú te
dedicaste a reprimir impulsos. Sé que eso no te gustó.
Sé que ya no aparecerás
más en mis noches. Mi mente te depura de afuera hacía adentro, se vacía de ti y
me olvido de ti en esa faceta.
Ya no recuerdo todo esto
que imaginé contigo porque mi mente parece ya no tener ganas de imaginarnos más.
No pienso más en ti por qué todo siempre fue pensado y de tanto hacerlo en pensamientos ya me cansé.
No pienso más en ti por qué todo siempre fue pensado y de tanto hacerlo en pensamientos ya me cansé.