domingo, 14 de abril de 2013

El hombre bajo la lluvia




Disfrazado. Con camisa, pantalón de vestir y zapatos en pleno verano, llegué puntual a la entrevista de trabajo. El día anterior me habían llamado y ahora ahí estaba, sentado en una sala con dos mujeres que nunca había visto. Se respiraba un aire de competitividad. Yo me sentía suelto y relajado.
La ceremonia de engaño comenzó con las típicas descripciones que cada uno hace de si mismo.

La persona que nos entrevistaba, una chinita simpática y risueña dijo, el puesto es para practicante de marketing.

“Buscamos alguien creativo, que piense fuera de lo común. Primero preséntense y mencionen tres virtudes y tres características que cambiarían de ustedes, ¿quién quiere empezar?”                                                                                                                      

Con una velocidad vista sólo en tiradores del lejano oeste sacando su pistola de la funda, la chica sentada a mi lado levantó la mano. La otra chica saltó levemente de su silla por el brusco movimiento.

Yo empiezo. “Ya, pero relájate primero” -pensé.

Sus reflejos, dignos de un ninja, me hicieron notar que la competencia estaba empezando. La otra chica posó sus manos sobre la mesa. Postura que denota aplomo. Movimiento estratégico. Cuadrarse sin puños levantados.

Hilda, cabello negro y corto, nariz aguileña, chata, regordeta,  fluida al hablar pero redundante. Su personaje no era muy rico.                                             

Virtudes: Proactiva, empeñosa, alegre.                                                             

Falencias: muy perfeccionista (hazme el favor), decir siempre lo que piensa sin pelos en la lengua.

La otra chica esbozó una leve sonrisa cuando Hilda uso la palabra proactiva. Entendí su gesto pues, tranquilamente hace más de quinientos años Cristóbal Colon puede haber acuñado ese termino como parte de su estrategia para convencer a la reina de que le financie el viajecito a las indias. Hoy en día, ya perdió valor e impacto. La guerra estaba desatada y saltar al campo de combate antes que los demás permitía que te analicen y aprendan de tus errores.

Hilda concluyó su monólogo y continuo la otra chica.

"Yo me llamo Natalia" La presentación de Natalia se interrumpió cuando alguien toco la puerta de la sala. La chinita se paró y abrió. Era una chica que venía a la entrevista.
"Pasa, toma asiento"-Indicó la chinita, a quien al ver de espaldas, me lleve una inesperada sorpresa. 
"Además de tener sangre asiática recorriendo su cuerpo también debe tener ascendencia africana" -pensé entre risas mentales.

La nueva integrante se sentó al lado de Natalia.
Natalia: Cabello negro y largo, uñas arregladas, ojos claros, piel tersa, buen cuerpo hasta donde podía ver. Segura y simple al hablar. Buena entonación.La mala de la película sin lugar a dudas.                                                                                              

Virtudes: Ordenada, respetuosa y PUNTUAL.                                                              

Al mencionar con especial énfasis está virtud dirigió la mirada a la chica que acaba de entrar. No pude evitar que se me escape una leve risa.                                                                                       

Falencias: confiada de la gente por lo que a veces siento que se pueden aprovechar de mi.

Natalia se mostró como una persona segura de si misma. Fiera, tenaz y capas de intimidar a la mayoría. Apareció en mi radar.

Era el turno Camila “La impuntual”. Presentí que empezó disminuida, evidentemente Natalia había logrado su cometido y pudo disminuir a su contrincante recalcando su impuntualidad.                                                                  

Creo que amo a Natalia –pensé. Se acercaba mi turno y sabía que algo distinto debía intentar.

Advertencia, a continuación presentaremos un suicidio. Cuando alguien aprende algo sin entender por qué lo hace, o sea cuando se lo inculca de paporreta, sólo repite y no piensa.

Camila: rubia, mediana estatura, muy bien vestida, ojos marrón claro, cabello ondulado, buena delantera (tranquilamente Messi y Ronaldo) risueña y de mirada tierna.                                                                                                               

Falencias: pienso mucho en los demás incluso hasta ponerlos antes que a mi misma. Ser muy perfeccionista.

Virtudes: ordenada, respetuosa y PUNTUAL. Boom!. Camila sacó un revolver de su cartera verde hoja, abrió la boca y se metió un plomazo en plena sala. Natalia vio el show comiendo canchita.

Nunca un silencio fue tan incomodo. Camila se sonrojo. Sonrojo?, se puso verde, morada, azul. Podría apostar a que casi vomita. Su sonrisa desapareció, metió la pata hasta el fondo y se quedo atollada en el hueco que Natalia cavó tan inteligentemente.

Con Hilda agonizando en su silla y Camila implorando que la entrevista concluya para correr a emergencias, el campo de guerra se convirtió en un ring en el que debía atestar golpes certeros a mi encantadora pero vil rival. Si mi performance era la correcta podría salir ileso e incluso, recompensado.

“Lo que ustedes buscan es alguien creativo, que piense de manera distinta, que rompa esquemas. Así que siguiendo esa línea: ¿Natalia, tienes enamorado?”

Luego de esas palabras la chinita río cómodamente, Hilda volvió parcialmente en si y Camila volvió a sonreír... No, mentira, Camila no volvió a sonreír. Vamos, ingente metida de pata no pasa tan rápido.
Natalia me miro a los ojos y dijo,aun un poco desencajada.                                     
“No, no tengo”
“Hay que salir un día, ¿que dices?” –dije seguro y tranquilo de estar matando dos pájaros de un tiro.

Ella río y bajo la mirada. Estaba avergonzada evidentemente.                                    

“Si, puede ser”



Aaron: Difícil resumirme en tan pocas palabras, pero puedo decir que soy tolerante, decidido y respetuoso.
Falencias: al igual que Natalia, a veces siento que soy muy confiado por lo que siento que se pueden aprovechar de mi. Sinceramente tengo varios defectos pero creo que no me conviene ventilarlos acá. ¿No creen?.

La chinita, Natalia e Hilda rieron ya con confianza. ¿Camila?, la estaban velando creo.
"Bueno, les agradezco por su tiempo. Nos estaremos comunicando con ustedes para la siguiente etapa" –dijo la chinita y salimos de la sala.

Recogimos nuestros documentos en la puerta principal. Ahí aproveche en conversar con Natalia.

“Buena manera de resaltar” –dijo ella mientras recibía su DNI.

“Gracias. Algo tenía que hacer después de que tu limpiaste la sala”- sostuve mientras guardaba mi documento en mi billetera.                                                      

“Era en serio por si acaso a. Dame tu número” –agregue.
Ella río coquetamente. Pensó unos segundos.

“OK, apunta” – dijo finalmente.

No me llamaron.                                                                                                                       

Tal vez no sea bueno en las entrevistas, aun me cuesta venderme desarrollando una actuación, me parece poco natural.
De está experiencia aprendí que uno debe mentir, blufear en los tests, ponerle paraguas al hombre bajo la lluvia y armar un papel cuidadosamente estructurado para obtener el empleo. Por más que busquen a gente distinta para un puesto que requiere creatividad, prefieren quedarse con aquel que creen más “normal”.
Tanto en las entrevistas y en el amor, con un entrenamiento previo y cierta experiencia, todos podemos calificar. Natalia y yo empezamos a salir dos días después.
Finalmente, en el amor y la guerra todo vale.